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Psoriasis | ¿Qué es y cómo se trata?

Hoy, viernes 29 de Octubre se celebra el Día Mundial de la Psoriasis, es por ello que queremos dedicar hoy este espacio a esta enfermedad que afecta a entre el 1% y el 5% de la población mundial.

Suele aparecer entre los 15 y los 35 años de edad. Las personas con piel clara tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad que las de piel oscura.

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que puede afectar a la piel, las uñas y las articulaciones.

Se trata de una patología crónica que se presenta en forma de brotes, con alternancia en el tiempo de épocas de exacerbación y épocas de remisión.

La manifestación más habitual es la aparición de lesiones cutáneas que pueden variar de tamaño. La base de la lesión cursa con enrojecimiento y está recubierta por escamas blanquecinas de distintos grosores.

No es una enfermedad contagiosa.

No es hereditaria, pero existe una predisposición genética para padecerla. Además, se suman factores desencadenantes que determinan su aparición y evolución.

Es una enfermedad común y que no tiene cura, el tratamiento se vasa en controlar los síntomas y evitar los brotes (o reducirlos).

Se debe a un descontrol del sistema inmunológico que provoca que los queratinocitos (las células de la última capa de la piel), crezcan mucho más rápido de lo normal: tardan 3-4 días, frente a los 28 días que tardan en condiciones normales. Esto, desencadena la aparición de placas psoriásicas.

Además, esta enfermedad, supone una carga emocional para los pacientes que la sufren: más de un 80% de las personas que padecen esta enfermedad reconocen que supone un impacto en su vida emocional. Tienen mayor riesgo de padecer ansiedad y depresión a causa de esta enfermedad y su proceso inflamatorio.

Síntomas:

Pueden variar de unas personas a otras pero los más comunes son:

  • Lesiones cutáneas en parches rojizos cubiertos de escamas de color grisáceo.
  • Piel seca y agrietada.
  • Picor, ardor e irritación de la piel.
  • Lesiones en forma de pequeños puntos escamados (más frecuente en niños).
  • Uñas engrosadas.
  • Articulaciones inflamadas y rígidas.

Factores desencadenantes de un brote:

  • Estrés o ansiedad.
  • Cambios de clima bruscos que resecan la piel: especialmente frío y sequedad.
  • Cambios de estación.
  • Infecciones (alteración del sistema inmunitario).
  • Lesiones en la piel o traumatismos: un corte, una picadura, una quemadura o un golpe previo, pueden desencadenar un brote en la zona.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Toma de ciertos medicamentos: por ejemplo, las sales de litio o los betabloqueantes.
  • La retirada rápida y sin pauta de corticosteroides orales o sistémicos.
  • Alimentación: existen estudios que indican que hay brotes relacionados con la alta ingesta de un ácido graso, el ácido araquidónico, muy presente en carnes, huevos, lácteos, etc.

Tipos de Psoriasis

Existen distintos tipos de psoriasis, los más comunes:

  • Psoriasis vulgar (en placas): forma más frecuente.

Cursa con parches secos, rojizos y elevados en la piel cubiertos de escamas grisáceas.

Puede presentar picor.

Las zonas más comunes son codos, rodillas, zona lumbar y cuero cabelludo.

  • Psoriasis en las uñas: puede afectar a las uñas de manos y pies.

La uña sufre un crecimiento anormal, se engrosan y cambia su color.

Cursa con picor.

Además, las uñas pueden aflojarse y separarse del lecho ungueal.

  • Psoriasis en gotas: afecta principalmente a niños y adolescentes.

Se suele desencadenar por una infección bacteriana como la amigdalitis.

Aparecen lesiones escamosas en forma de gota.

Principalmente en brazos, piernas y el tronco.

  • Psoriasis inversa: afecta principalmente a los pliegues de la ingle, senos y glúteos.

Aparecen parches con piel rojiza que empeora con la fricción y el sudor.

  • Psoriasis pustulosa: son lesiones definidas y llenas de pus que se pueden producir de forma localizada en manos y pies o de forma generalizada por el cuerpo.
  • Psoriasis eritrodérmica: es el tipo menos frecuente y abarca todo el cuerpo con una erupción roja con descamación.
    Provoca picor y ardor intenso.
  • Artritis psoriásica: provoca inflamación y dolor en las articulaciones.Puede afectar a cualquier articulación.Causa rigidez y daños en las articulaciones. Sus síntomas varían en la gravedad.

     

    El diagnóstico de la enfermedad lo realizará siempre el médico, estudiando todos los síntomas en piel, cuero cabelludo y uñas.

    Además, puede realizar una pequeña biopsia de una muestra de piel para examinarla.

    En función de eso, decidirá cual es el tratamiento más recomendado para paliar los síntomas.

    A su vez, nosotros podemos ayudaros con algunos consejos y recomendaciones que pueden ayudar a mejorar tu psoriasis, espaciar los brotes y reducirlos y sentirte mejor.

    Consejos

    • Higiene diaria: utiliza un gel de baño emoliente, con aceites y activos hidratantes y que calmen el picor.

    Si puedes bañarte favoreces que se reblandezcan las escamas.

    • Usa crema humectante a diario mínimo dos veces al día: consigues mantener la piel hidratada y elástica.
    • Evita usar esponjas, guantes de crin y accesorios que puedan irritar más la superficie cutánea.
    • Evita fumar y consumir alcohol.
    • La luz solar puede ayudarnos a mejorar los brotes, por lo que pequeños ratos de exposición al sol, con supervisión médica y protección solar nos pueden ayudar.
    • Evita, en la medida de lo posible, los factores desencadenantes: estrés, cambios bruscos de temperatura, etc.
    • Mantén un estado de vida saludable: realiza ejercicio y lleva una dieta equilibrada.
    • Cuida tu alimentación: potencia los productos vegetales (menos carnes y grasas animales) y consume más de tres veces a la semana fuentes de ácidos grasos omega 3: salmón, sardina, arenque…
    • Evita prendas con fibras artificiales o lana. Tampoco el exceso de abrigo, ya que puede aumentar el picor de la piel psoriásica.
    • Utiliza cosméticos adecuados: su pH debe estar entre 4-4,5.

    Además, pueden incorporar activos que reduzcan el picor o que favorezcan la descamación de las placas (alfa y beta-hidroxiácidos).

    Y, recuerda, consulta a tu dermatólogo ante cualquier cambio o variación en tus síntomas para tener siempre el tratamiento más adecuado.

     

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